Por un lado tenemos las sensaciones, estímulos captados a través de receptores sensoriales y que nos dan una información, gracias a ellas los deportistas son capaces de conocer el medio que los rodea, así como si hay cambios en este, y también de cual es nuestra postura en dicho espacio.
Por su parte la percepción nos permite interpretar y darles un significado a dichas sensaciones. Las percepciones son un poco más complejas que las primeras ya que hay muchos factores que influyen en ellas, por ejemplo, no todos le damos la misma importancia o reaccionamos igual ante algo, cada uno reacciona en función a su estado, a su experiencia o a su criterio.
Sin embargo existe una relación entre ellas y que es vital para el desarrollo del deporte y la actividad física y es que gracias a la combinación de ambas el deportista es capaz de captar la información que lo rodea en cada momento y saber como, cuando y donde reaccionar ante ella de una manera previamente meditada pero en muchos casos automática.
Como ejemplo tomaremos el fútbol, aunque podría ser un deporte cualquiera, cuando un futbolista recibe el balón, por ejemplo, gracias a las sensaciones es capaz de saber de donde viene este y la posición de compañeros y rivales, en ese mismo momento él percibe la situación y dependiendo de los factores de los que hablábamos antes tomara una decisión u otra.
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